Los servicios VPN aparecieron como artículos de lujo para los usuarios más sofisticados y paranóicos del internet. Pero todo ha cambiado y hoy en día se han convertido en herramientas indispensables para proteger la privacidad, anonimato y seguridad digital de todo tipo de usuario.
Sucede también que tener una buena VPN le devuelve a los internautas un sentimiento de libertad al navegar el internet que había quedado desgastado a raíz de las revelaciones de Julian Assange y Edward Snowden. Las VPNs también dejan a los terceros partidos sin la posibilidad de ejercer la vigilancia estrecha sobre ciertos usuarios que ciertos gobiernos del mundo acostumbran. Por eso, precisamente, hay algunas autoridades en el mundo que no gustan demasiado de tener a sus conciudadanos usando VPNs.
El uso de VPNs es perfectamente legal en casi todo el mundo. Solamente algunos países (los que sufren de gobiernos más represivos) han promulgado leyes un tanto agresivas contra ellas. Entonces, usar una VPN en uno de tales países puede acarrear consecuencias legales. Así que conocer y entender el estatus legal de las VPNs en tu propio territorio de residencia es una buena idea, antes de decidirse por adoptar una.
Las VPNs son una suerte de necesidad, dado el panorama general de la seguridad digital en internet hoy en día. Por supuesto, las prestaciones de anonimato y privacidad propias de las VPNs las hacen también herramientas útiles para las actividades criminales. Así que es importante defender la legalidad de las VPNs de la forma más agresiva posible.
La naturaleza paradójica en la noción de anonimato digital da lugar a la pregunta que muchos usuarios se hacen: ¿es legal usar una VPN? Y la respuesta puede ser que “sí”. O que “no.” O las dos al mismo tiempo. Cada país tiene una postura propia en relación a estas herramientas. Mientras que la mayoría de las jurisdicciones consideran que sus ciudadanos no incurren en ningún problema usando una VPN, hay otras que lo consideran un grave delito.