El uso de Internet ha aumentado significativamente en la última década, exponiendo a los usuarios a diversas aplicaciones maliciosas listas para invadir la privacidad del usuario. En consecuencia, las filtraciones de datos personales (como fotos) y otros ataques de piratería han aumentado. Una forma efectiva para que los piratas informáticos accedan a los dispositivos de los usuarios e infiltren es a través de un virus keylogger.
Precisamente, los keyloggers son aplicaciones de spyware livianas y difíciles de detectar que registran cada tecla que se presiona en su PC o dispositivo móvil. Estas herramientas luego transmiten los datos registrados al servidor del hacker.
Estas aplicaciones maliciosas pueden funcionar en su sistema durante muchos años sin ser detectadas, sin dar una pista de quién las desplegó en su dispositivo y cómo lo hizo.
Aquí hay un caso del mundo real para ayudarlo a reconocer el alcance malicioso de los keyloggers.
Joe López presentó una demanda contra el Bank of America en 2005 después de que un hacker infiltró la base de datos del banco y robó $90,000. Las investigaciones revelaron que el hacker transfirió el dinero a otra cuenta en Letonia.
¿Se pregunta cómo sucedió? La PC de Joe López fue víctima de una aplicación maliciosa llamada Backdoor Coreflood, una herramienta keylogger. Registró cada pulsación de tecla que López hizo. Por lo tanto, el criminal tuvo acceso a todo lo que él escribió en su PC y lo utilizó para robar dinero de su cuenta.
Este incidente ocurrió en 2005, hace más de 15 años. Así que imagine qué tan sofisticados podrían haberse vuelto los programas maliciosos desde entonces.
El Sr. López perdió el juicio porque el tribunal determinó que no tomó precauciones adecuadas para asegurar su sistema.
Esa sentencia deja en claro una cosa crucial: si no permanece cauteloso, ni siquiera el tribunal podrá ayudarlo. Y para tomar precauciones adecuadas contra una amenaza desagradable como un keylogger, primero necesita comprenderlo bien.