El mundo del entretenimiento vio el nacimiento de XBMC Media Center en 2003. Era una idea simple: crear un reproductor multimedia capaz de reproducir cualquier contenido sin dolor. Pronto se convirtió en Kodi.
El aclamado reproductor multimedia saltó a la fama rápidamente por todas las posibilidades que ofrecía. Sin embargo, es precisamente su amplio potencial lo que genera controversia.
El objetivo de la Fundación XBMC era desarrollar un reproductor multifuncional de código abierto. Así, se integraron diversos complementos para que los usuarios pudieran adentrarse en todo un ecosistema de reproducción. Los usuarios podían encontrar muchos recursos de vanguardia en un solo lugar.
Ya sea en forma de complementos para escuchar la radio y protectores de pantalla elegantes, utilizar sistemas de autenticación de Google o incluso herramientas de rebobinado con subtítulos, Kodi lo abarcaba todo.
Sin embargo, el único, aunque importante, problema podría decirse que es donde la legalidad de Kodi comienza a desvanecerse en un segundo plano.
Si bien el reproductor multimedia es 100% legal, algunos de los complementos más populares de Kodi rozan la infracción de derechos de autor. La mayoría de los usuarios utilizan los complementos para descargar o transmitir contenidos subrepticios y, típicamente, ilegales.